Desde que empezamos con el proyecto de la biblioteca itinerante, fue un descubrir, también para nosotros, del mundo de la literatura infantil y la variedad bibliográfica, editorial, presentaciones, etc.
El sentido común nos decía que, para que un libro le guste a un niño, pues que nos guste a nosotros primero, fue así que iniciamos a leer la bibliografía que poco a poco íbamos reuniendo, identificando así libros y autores que nos deslumbraban, ya sea por su narrativa, por su mensaje, o por lo ingeniosa que fuera su obra. Y así, sin pensarlo empezamos a recibir nuestros primeros libros autografiados por los mismos autores.
La primera fue nuestra amiga ilustradora trujillana: Jenny Castillo Jáuregui, quien con mucho cariño nos obsequió uno de sus libros ilustrados: Sumaq Willakuy, historias escritas por niños Huancavelicanos, un libro escrito en Quechua y español.
Después, de casualidad estábamos buscando en internet experiencias similares a las nuestras y no supimos cómo llegamos a descubrir el libro: Mancha Brava, escrito por Antonio Orjeda, a quien contactamos por las redes sociales y sin pensarlo dos veces, decidió donarnos un ejemplar de ese maravilloso libro, con una dedicatoria tan especial, que nos emocionó y alegró mucho cuando leímos en voz alta ni bien recibimos el material.
Finalmente, como cereza del pastel: Micaela Chirif, sí la muchas veces ganadora de premios de literatura infantil, la ya por entonces admirada y querida por los lectores de nuestra biblioteca itinerante, sí ella misma, increíblemente nos escribió pidiéndonos nuestros datos para enviarnos sus libros.
Antes de iniciar el proyecto de la biblioteca itinerante, jamás nos imaginamos lo maravilloso que era éste mundo de los libros, pero lo más sorprendente fue conocer a los que están detrás del libro, esas personas que viven en contacto con las letras y las ilustraciones, las crean, imaginan y sienten con ellas. Quizá no los conocimos en persona, pero pudimos sentir por un momento su maravilloso corazón, ésta vez no sólo en sus letras, sino en su acción de compartir sus hermosos bebés literarios con el mayor cariño con nosotros y eso, nos hizo muy felices.
Queremos agradecer en éste blog a éstas personas, desde ya especiales para nosotros, pero también a quienes sin ser autores de libros sienten el deseo de compartir libros y donarlos a la biblioteca itinerante, para que éstos libros sigan acompañando los sueños de las niñas, niños y adolescentes que los siguen leyendo.